Se oye a veces que diversos nutrientes y componentes alimenticios (como el selenio, el licopeno y la vitamina D) protegen frente a determinados cánceres, pero la realidad es que hay muy poca base científica que permita recomendarlos para prevenir el cáncer. Los estudios de intervención con estos suplementos alimenticios y otros nutrientes no han puesto de manifiesto ningún provecho y sí, a veces, algún perjuicio inesperado, sobre todo a dosis altas; por todo ello no se recomienda tomar suplementos alimenticios para la prevención del cáncer. Lo mejor es consumir los alimentos corrientes que ofrecen todos los nutrientes que se necesitan.
Hay circunstancias en que los suplementos alimenticios están indicados, como, por ejemplo, el ácido fólico en el caso de las que desean quedarse embarazadas, o la vitamina D ante el riesgo de carencia; su médico le aconsejará al respecto.
Si ya le han diagnosticado un cáncer, no tome suplementos alimenticios sin consultar al médico, porque algunos interfieren con los tratamientos contra el cáncer.