Todos los cánceres son causados por anomalías (mutaciones) del ADN de algunas células corporales. El cuerpo dispone de defensas contra algunas mutaciones, pero hay agentes externos —como los productos químicos cancerígenos del humo del tabaco, la radiación y algunas infecciones— que pueden desbordar estas defensas. A veces, el propio estado de nutrición y las hormonas que nuestro cuerpo produce también pueden incrementar la probabilidad de que aparezcan estas anomalías genéticas.
La causa principal de cáncer en la Unión Europea es el tabaquismo. El sobrepeso o la obesidad, una mala alimentación, la falta de actividad física y el consumo de alcohol contribuyen a un estilo de vida poco saludable, que es otra de las principales causas de cáncer. También son importantes la exposición al sol y a otras fuentes de radiación (como el radón), así como la exposición a agentes cancerígenos en el lugar de trabajo y determinadas infecciones.
En todos estos casos, cuanto mayor es la exposición (duración, frecuencia y nivel de exposición), mayor es el riesgo de padecer cáncer.