La vitamina D es importante, pero generalmente basta pasar un poco de tiempo al exterior para evitar su carencia. Una persona sana que sale a la calle con regularidad produce la suficiente vitamina D como para no tener que preocuparse por una exposición insuficiente al sol.
La vitamina D se produce en la piel cuando esta se expone a la luz del sol, y contribuye al buen mantenimiento de los huesos y los dientes. Puede tener otros efectos benéficos, como mejorar la salud cardiovascular, rebajar la tensión arterial y reducir el riesgo de distintos tipos de cáncer.
La vitamina D se produce muy rápidamente en la piel cuando esta se expone a la luz del sol; no es preciso buscar expresamente la exposición al sol para mantener su nivel. Por ejemplo, pasar diariamente unos 10-15 minutos al exterior cerca del mediodía en primavera y verano (con la cara, los brazos y las piernas sin proteger) suele bastar para producir la suficiente vitamina D.
Siguiendo las recomendaciones de evitar la exposición excesiva al sol y de no usar camas solares se protege la piel sin generar carencia de vitamina D. En invierno, o en latitudes más altas, puede pasar más tiempo al exterior (pero cuidado con el índice UV incluso en invierno) o siga una alimentación más rica en vitamina D (aceite de hígado de bacalao, más pescado azul, yema de huevo o vísceras, como el hígado). Usar camas solares para aumentar el nivel de vitamina D es innecesario y está fuertemente desaconsejado debido al mayor riesgo de cáncer cutáneo.
Si, pese a todo, le preocupa una posible carencia de vitamina D, consulte a su médico.
También debe pedir su consejo en caso de hipovitaminosis (por ejemplo, sobre complementos con vitamina D u otro tratamiento).