Hay varias opciones de ayuda a quienes quieren dejar para siempre el tabaco sin humo, pero no se ha determinado todavía un método de predilección.
Un estudio constató un aumento aproximado del 60 % de la tasa de abstinencia al cabo de seis meses de tratamiento con vareniclina, frente a la ausencia de tratamiento. Se ha demostrado que el apoyo conductual aumenta la tasa de abstinencia entre los usuarios de tabaco sin humo durante hasta seis meses. La probabilidad de dejarlo aumenta si a ello se añade un seguimiento telefónico de ayuda. Una exploración bucodental y unas explicaciones sobre higiene bucal en un centro odontológico pueden contribuir al empeño. Conviene que quien quiera dejar el tabaco sin humo consulte con un profesional sanitario debidamente formado.