Las concentraciones elevadas de radón pueden reducirse con sencillas intervenciones en el edificio. Existen directrices internacionales que aconsejan reducir los niveles de radón si son superiores a 100-300 Bq/m3.

Hay varios métodos para reducir los niveles de radón disminuyendo su entrada en la vivienda por el suelo. Puede incrementarse ligeramente la presión del aire en el interior de la vivienda, diluir el aire que penetra del suelo, haciendo que entre del exterior, o extraer el aire procedente del suelo debajo de la casa y bombearlo a la atmósfera. La mayor parte de estos sistemas requieren el uso de pequeñas bombas eléctricas.

Una vez que se han dado pasos para reducir los niveles de radón, hay que volver a efectuar mediciones, para comprobar que son bajos. Siga las instrucciones sobre las verificaciones periódicas y el mantenimiento del sistema de reducción del radón.