Todos tendríamos que preocuparnos por no engordar conforme nos hacemos mayores, ya que, con solo comer un poco más de lo necesario cada vez, al cabo de unos años podemos haber engordado mucho sin casi darnos cuenta. La mayoría de nosotros no tenemos que desplegar mucha actividad física en lo cotidiano (en el trabajo, en casa o de viaje), y disponemos de una gran oferta de alimentos hipercalóricos —en particular, comida rápida muy procesada y bebidas azucaradas—, por lo que es muy habitual que los adultos vayamos progresivamente engordando. Por término medio, engordamos unos 400 g por año, lo que supone 4 kg en diez años, o 6 kg en quince años. Por eso se recomienda tomar medidas activas para controlar el propio peso; de lo contrario, lo más probable es engordar poco a poco sin pretenderlo.