El estrés no es una causa reconocida de cáncer. Por ejemplo, un estudio realizado con hombres y mujeres de Europa en muy distintos entornos laborales indica que es improbable que el estrés en el trabajo constituya un factor de riesgo de cáncer. Lo que ocurre es que, ante ciertas situaciones de estrés, algunas personas pueden adoptar comportamientos no saludables, como fumar, comer o beber en exceso, que aumentan el riesgo de cáncer.