Sí. Además de cáncer, el consumo de alcohol puede producir otras enfermedades, como cirrosis hepática o pancreatitis. Todo consumo de alcohol es nocivo en cuanto al riesgo de cáncer. Existen directrices internacionales con límites máximos recomendados de ingesta de alcohol: aproximadamente una bebida estándar diaria las mujeres y dos, los hombres. Superar estos límites puede ser nocivo para casi cualquier órgano, aparato o sistema corporal.
También puede causar, por ejemplo: accidentes cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca; trastornos mentales y del comportamiento, como depresión, violencia y amnesia; enfermedades mentales; leucemia en los niños cuyas madres tomaron alcohol durante el embarazo y hepatopatía alcohólica. Cuanto más beba, mayor será el riesgo. Tomar alcohol es también peligroso si va a conducir o realizar actividades, profesionales o de ocio, que requieran concentración. Hay que evitarlo durante el embarazo y la lactancia, y puede también ser dañino tomarlo junto con determinados medicamentos.
Al mismo tiempo, las bebidas alcohólicas suelen ser hipercalóricas, por lo cual reducir el consumo o, mejor aún, no tomar alcohol le ayudará a adelgazar o a mantener un peso saludable, lo que, a su vez, contribuirá a que disminuya el riesgo de cáncer. Con una «calculadora de calorías» puede saber cuántas calorías aportan las distintas bebidas alcohólicas.