En general, cuanto más tiempo pase practicando una actividad física, mejor. Haga toda la actividad física ligera que pueda, como estar de pie, caminar, pasear en bicicleta, estiramientos, subir escaleras, hacer faenas domésticas y practicar deportes recreativos, como el tenis de mesa o el golf. Es bueno, durante la jornada, acumular momentos de actividad física, aunque sea poca, y poner límite al tiempo que pasa sentado o viendo la televisión, lo cual contribuye a protegerlo del cáncer impidiéndole engordar.
También cabe esperar grandes ventajas para la salud al sacar cada semana, si es posible, un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada, o 75 minutos de actividad física intensa, o cualquier combinación equivalente de ambas. Son ejemplos de actividad física entre moderada e intensa los ejercicios de resistencia con carga, los de resistencia (entrenamiento con ejercicios) y los aeróbicos intensos. Si tiene dudas para empezar una actividad física entre moderada e intensa, pregúntele al médico. El tiempo recomendado de actividad física semanal puede alcanzarse acumulando sesiones breves o haciendo una más prolongada.
Los niños y los jóvenes habrían de llegar, como mínimo, a 60 minutos diarios de actividad física entre moderada e intensa. Para ello, pueden repartir la actividad a lo largo del día en varias sesiones más cortas (por ejemplo, dos de 30 minutos).