El cribado solo se recomienda para los cánceres en los cuales ha demostrado un potencial de salvar vidas que supere significativamente los perjuicios de examinar a grandes cantidades de gente que pueden no presentar nunca el cáncer en cuestión. Después de haber reunido los suficientes datos probatorios, podrá recomendarse el cribado para uno o más tipos distintos de cáncer.