Los anticonceptivos orales, que contienen estrógenos y gestágenos, tienen propiedades tanto cancerígenas como preventivas del cáncer. Como los anticonceptivos orales los toman mujeres sanas, la decisión de tomarlos ha de basarse en una evaluación cuidadosa de las características de cada paciente en cuanto al riesgo. Pueden hacer que aumente ligeramente el riesgo de cáncer de mama, de cuello uterino y de hígado; en cambio, también protegen frente al cáncer de endometrio y de ovarios. Por ello, desde la perspectiva del cáncer, no puede darse una recomendación clara.