• En las casas en que no se fuma se reduce la exposición de adultos y niños al humo ajeno.
  • Así se protege a los más vulnerables, como los aquejados de asma (o los adultos con cardiopatías o neumopatías crónicas).
  • Los adolescentes cuyos padres no fumadores permiten que se fume en casa tienenmás probabilidad de empezar a fumar que los que viven en hogares donde se prohíbe fumar.
  • También los fumadores en cuya casa no se fuma consumen menos cigarrillos por día.
  • En las casas en que no se fuma, quienes quieren dejar el tabaco aguantan más tiempo sin volver a fumar.
  • No permitir que se fume en la casa constituye un mensaje claro de que fumar es inaceptable.

No permitir que nadie fume dentro de casa en ningún momento ni en ninguna circunstancia es más eficaz para proteger a los niños de la exposición al humo ajeno que un planteamiento de restricciones parciales. Fumar junto a la ventana o en la entrada no convierte la casa en un hogar sin humo.

Puede reducirse aún más la exposición al tabaco ajeno no fumando en los coches y demás vehículos cuando hay niños o no fumadores. Se han detectado altas concentraciones de humo ajeno en coches en los que se fuma; abrir las ventanillas no sirve para eliminar la exposición al humo ajeno. En 2014, Inglaterra aprobó una ley que prohíbe fumar en vehículos particulares si en ellos viajan niños, ley que entrará en vigor dentro de un año, aproximadamente. Irlanda está preparando un proyecto similar, y cabe esperar que otros países hagan lo propio.