Los servicios sanitarios nacionales o regionales diseñan y gestionan programas de cribado organizados para que cada ciudadano tenga las mismas oportunidades de participar en el cribado y para ofrecer a cada paciente, en caso de resultados anormales, más pruebas, apoyo y tratamiento. El cribado más efectivo es el que llega a todas las personas de la población destinataria cuando estas deciden participar.

En la UE se recomiendan los programas de cribado organizados porque en ellos trabajan equipos de personas responsables de la calidad de los servicios que se ofrecen. Estos equipos comprueban que se siguen las directrices y verifican que los resultados del programa se notifiquen y se evalúen con regularidad.